Ya estamos en el Capítulo 3 de esta saga, escrita por nuestro amigo Pedro Marchant.
Los dejo de inmediato con él, para que se den una vuelta por nuestras calles y nuestros recuerdos.
Adelante don Pedro...
Si giramos hacia el poniente nos encontramos con el sur de lo que es el Club Hípico y frente a él las Casas Hundidas, que de esa manera las llamábamos, porque quedaron de esa forma cuando se hizo la pavimentación. Hacia el oriente existía un potrero, con canchas de fútbol, hoy convertida en la Población Arauco. Ahí venía la parroquia San Gerardo y después de ella, pasado de Bascuñán está la Nueva San Eugenio, que comprende el cuadrante San Dionisio, San Alfonso hasta Francisco Hunneus (hoy Sepúlveda Leyton), Bascuñán hacia el sur hasta San Dionisio, donde se encuentran los colectivos Hermanos Carrera, que debe haberse edificado allá por 1932 y de ahí se ubica la Vieja San Eugenio que comprende el cuadrante Concha Castillo, San Alfonso, Plaza Jorge Montt y Bascuñán Guerrero.
Y dentro de todo esto que he narrado, tengo que empezar a enumerar los lugares más concurridos o mejor dicho las más famosas "picadas" que se estaban en nuestro Barrio San Eugenio. Tengo que nombrar, dentro de mi memoria, al negocio del "Viejo de la Pera" -llamábasele así porque el dueño, don Pancho Cuevas, usaba una pera muy pronunciada y muy bien cuidada-, ubicado en Francisco Pizarro 1955, donde llegaban muchos parroquianos de distintos lugares de Santiago, porque se expendía muy buena chicha y exquisito chancho, según decían los adultos. Se veían autos de la marca Ford, cosa que para nosotros, niños entonces, era todo un acontecimiento. Muy pronto le llegó la competencia, cuando don Matías Segundo Olea se instaló con su negocio llamado "La Bodeguita" (más tarde "El Arbolito"), trayendo chicha y chanco desde la localidad de Requegua, con lo que no tan sólo le hizo la competencia al "Viejo de la Pera", sino que lo superó. (Más adelante contaremos la historia de lo que fue "El "Arbolito".). Podré nombrar, en un orden cronológico, al restaurante San Eugenio, ubicado en Bascuñán Guerreo casi esquina de Rondizzoni, donde está la escuela "Provincia Chiloé". Más al norte estaba el negocio "La Buenamoza", ubicado en Francisco Hunneus (hoy Manuel de Amat) al llegar a Bascuñán. Luego puedo nombrar "Los Guatones", que estaba en San Dionisio con Mirador, que era una quinta de recreo, donde actuaban conjunto musicales y sobre todo folclóricos. "El Riel" que quedaba frente a los Colectivos; el restaurante de "Don Efraín", que se encontraba en Bascuñán al lado de la botica Rojas, posteriormente farmacia Ruiz. En otra cuadra por Bascuñán al sur estaba el negocio de la señora Amelia, donde concurrían, en su mayoría, los ferroviarios. En la cuadra siguiente se hallaba "Don Donato", también reducto de la gente de Ferrocarriles. Ahora me referiré a los clubes deportivos que pululaban en el Barrio San Eugenio. Empezaré con un club llamado San Lorenzo, que era dirigido por señor de apellido Aceituno, que vivía en la calle Mercedes (hoy llamada Siria), y que jugaban en las canchas de los potreros y que después de sus derrotas o sus triunfos los iban a celebrar a un pequeño restaurante de la señora Zoila. Después el club deportivo San Eugenio, con la secretaría en mismo restaurante que he nombrado anteriormente, que además poseía boxeo y basquetbol. Para hacer competencia a esta institución se formó en la calle Pizarro el club deportivo "El Rayo", formado por los más adultos, que se componía de tres equipos; es decir tercera, segunda y primera división, donde se formaron algunos jugaron que después llegaron a los equipos grandes, entre ellos Juan Aranda que jugó, en la década del cuarenta, en Coló Coló, equipo que defendió por más diez años.
Fin del Capítulo 3 y ya empezaremos por escribir el capítulo 4 de esta interesante historia.
Agradecemos a Don Pedro Marchant, su disposición para escribirnos estos recuerdos, así quedará para siempre esta historia de su barrio San Eugenio, en el blog de la Población Pedro Montt.
1 comentario:
Con una agradable sorpresa hemos leído el artículo con mi hermano Alejandro por cuanto el Viejo de la Pera es un antepasado nuestro. Don Francisco Cuevas fue padre de nuestra abuela Casimira Cuevas y ella, madre de nuestro padre Francisco Ibarra Cuevas,quien tuvo 4 hijos, Francisco, Luis,Alejandro y Teresa. Yo tengo recuerdos de pequeño acompañando a mi padre cuando visitábamos el negocio del Viejo de la Pera, administrado ya a esa fecha, por familiares descendientes. Ese barrio representa muchos recuerdos y tradiciones muy difíciles de olvidar. Felicitaciones
a don Pedro Marchant, nos ha hecho viajar al pasado.
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