
Pero también el aspecto cultural no era dejado de lado, donde también habían organizaciones dedicadas a este quehacer artístico.
Y con la política, nuestro trato era de lo más natural, por lo tanto, todos teníamos y algunos aún tienen, sus preferencias partidarias.
En el bosque natural de esta fauna poliítica, existían los anarcosindicalistas, liberales, radicales, democratas, socialistas, comunistas, democratascristianos y de "un cuanto hay"en tiempos de democracia y en que la cultura cívica, era lo más natural para nosotros los jóvenes de esa época.

En las disputas poblacional, cuando aparecía un candidato de cualquier coalisión, normalmente se arrendaba el cine Septiembre para recibirlos y ahí decían su discurso y todos sus adeptos llenaban el cine, aplaudiendo y disfrutando de una velada entretenida (siempre había números artísticos).
Mientras los opositores a esa candidatura, esperaban afuera del cine para echar tallas y gritar en contra del candidato, eso era todo... y después seguía la vida poblacional en la más completa armonía.
"Armonía", entrecomillas, porque siempre se conversaba en el almacén, o en la panadería de un candidato y cada cual defendía sus "colores", a brazo partido.
Aquí nombraremos a un "carbonero" para estas peleas-discusiones de señoras, que entraban a su negocio, Don Augusto el italiano del almacén de abarrotes que quedaba en la plaza.
Él como conocía a todas sus clientas y su preferencia en estas elecciones, hacía un comentario malicioso de su candidato para que la señora de turno se enojara y se pusiera a hablar. Escuchaba otra clienta lo que decía y se ponían a discutir dos señoras con las preferencias en los extremos.
¡¡ Como disfrutaba el bachicha, estas peleas !!, y nosotros cuando veíamos alguna, nos reíamos con ganas.
Pero también estaban las peleas políticas "sutiles" de aquel tiempo...
Relataremos una de las mejores, para no saturar demasiado con la política.

La familia democracristiana, mordió su rabia y con paciencia esperó...
A la semana siguiente, sacaron a la calle un perro grandote, flaco, se veia mal el pobre... al cual le pusieron el nombre de "Volodia", por Volodia Teiltelboim candidato a senador por Santiago en este año 1965 (que salió elegido).
Así que para nosotros era natural ver salir a una vecina y llamar a su perro... ¡¡ Revolución !!, y al rato salía la otra vecina llamando a... ¡¡ Volodia !!.
Uno solo miraba y se sonreía, de ver el ingenio de nuestros compatriotas.
En las fotografías: 1) Volodia, Allende y Neruda. 2) Eduardo Frei Montalva. 3) Volodia Teiltelboim.
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