Todos recordamos el Cine Parroquial, el de la Parroquia de San Gerardo, donde nuestro párroco era el Padre Gerardo Pérez Valdés, que dentro de sus cualidades era muy coloquial y accesible para todos los feligreses. Pero estamos hablando del Cine Parroquial, donde a la salida existía un local donde expendían bebidas (Bilz, Bidú, Sorbete Letelier, con una guinda en el fondo, Orange Crush, con su botella café y con anillos en su cuerpo para hacer un "guiro" para las "guarachas", etc), también acá además de los berlines, vendían una granadina con gusto a "niñez" que aún no encuentro por toda mi vida pasada...
Este Cine Parroquial, creación al parecer de las iglesias chilenas y a nivel mundial (ver Cinema Paradiso), era para atraer a los jóvenes y niños a la práctica religiosa, que además ya estaba instaurada en nuestros hogares. Acá recuerdo los Mes de María en diciembre de cada año, donde en cada cuadra había un altar con esta virgen y todos participábamos de el, ayudando con los floreros y las flores, el altar, y poner las pocas bancas que habían, claro que todo asistente a este Mes de María, debía llegar con su silla.
No contaremos los pormenores de estos eventos, ya que muchos niños, entre ellos este editor, nos gustaba estar porque teníamos contactos con nuestras amigas y disfrutábamos de conversar y reírnos del acontecer diario en nuestra calle y alrededores.
Bueno, seguimos con este operativo del Servicio Nacional de Salud, que nos sitúa en la cancha Pedro Montt, cerca de la casa de Natacha Méndez, nuestra Reina de la Primavera, donde instalan un telón y una máquina para reproducir una película. Esta película, que la he buscado mucho, sin encontrarla, trataba de la Vacuna, donde se haría conciencia que el vacunarse era bueno para todos. La población en general no tenía el conocimiento de este nuevo avance de la humanidad, la Vacuna.
La película mostraba a los glóbulos rojos, como los defensores de nuestro cuerpo, hoy sabemos que contienen una proteína llamada hemoglobina, la cual transporta oxígeno desde los pulmones a todas las partes del cuerpo y son los glóbulos blancos parte del sistema inmunitario del cuerpo. Estos ayudan a combatir infecciones y otras enfermedades.
Bueno, la cosa es que en este film, los glóbulos rojos eran los defensores y las enfermedades eran de color negro (porotos negros), los glóbulos rojos andaban por todo el cuerpo trabajando, tal cual una gran ciudad, arreglando calles (vías), pintando, maestreando en cualquier cosa, tal cual nosotros trabajamos, y en esa tranquilidad, venían estas especies de "porotos" negros, que eran las enfermedades, que entraban como un avión, que aterrizaba en nuestra lengua, o narices, y explotaba "haciendo" 4 porotos negros que venían armados con palos, introduciéndose en el cuerpo del cristiano, que quedaba contaminado y enfermo.
Pero estos glóbulos rojos, apenas detectaron a los porotos negros, hicieron sonar las alarmas, igual que en las películas de guerra cuando vienen aviones enemigos, se ponen un casco (como los de los soldados ingleses) y salen a pelear con los porotos negros, por supuesto que los glóbulos rojos no esperaban este ataque (sus fábricas de armamentos y utensilios para pelear, no estaban hechos) y los porotos negros en mayor cantidad, arrasaron con ellos... acá el enfermo en esta pelea, tenía una fiebre de los mil demonios, y se sentía muy mal, recordemos que en estos tiempos todavía no existían toda la farmacología de hoy, en fin, el enfermo y los glóbulos rojos no resisten el ataque de los porotos negros y el enfermo pasa a ser cadáver en tiempo presente.
Por supuesto que nosotros niños, nos asustamos y teníamos cara de "yo me voy", "a chupalla", etc., pero la película seguía y se ve que comienzan a vacunar a las personas, ahí se vé cuando al ponerle la inyección (todo esto animado), introducen un poroto negro (similar pero más enclenque, "jurel tipo salmón") y suenen las alarmas, comenzando los glóbulos rojos a levantar fábricas, construyendo bombas, cascos, palos, etc., mientras este poroto negro (el virus de la enfermedad), transita "lentamente" por el cuerpo del cristiano que tomo este virus, en resumen le ganan la batalla a la enfermedad y todos los porotos negros muertos. Y el enfermo ya recuperado, tomando su sopita de pollo, con pan de la Panadería París, conversando con la familia y feliz.
Así en esos tiempos, nos enseñaron que vacunarse era lo mejor para tener buena salud, y cuando nos tocó vacunarnos, a pesar del terror a las inyeccciones, acudimos todos (después de un coscorrón y dos coletos de por medio) a vacunarnos en el consultorio o en las escuelas del sector.
Fotografías: 1) y 2) De la Película Cinema Paradiso, fotogramas.
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