Todos recordamos el Cine Parroquial, el de la Parroquia de San Gerardo, donde nuestro párroco era el Padre Gerardo Pérez Valdés, que dentro de sus cualidades era muy coloquial y accesible para todos los feligreses. Pero estamos hablando del Cine Parroquial, donde a la salida existía un local donde expendían bebidas (Bilz, Bidú, Sorbete Letelier, con una guinda en el fondo, Orange Crush, con su botella café y con anillos en su cuerpo para hacer un "guiro" para las "guarachas", etc), también acá además de los berlines, vendían una granadina con gusto a "niñez" que aún no encuentro por toda mi vida pasada...
Este Cine Parroquial, creación al parecer de las iglesias chilenas y a nivel mundial (ver Cinema Paradiso), era para atraer a los jóvenes y niños a la práctica religiosa, que además ya estaba instaurada en nuestros hogares. Acá recuerdo los Mes de María en diciembre de cada año, donde en cada cuadra había un altar con esta virgen y todos participábamos de el, ayudando con los floreros y las flores, el altar, y poner las pocas bancas que habían, claro que todo asistente a este Mes de María, debía llegar con su silla.
No contaremos los pormenores de estos eventos, ya que muchos niños, entre ellos este editor, nos gustaba estar porque teníamos contactos con nuestras amigas y disfrutábamos de conversar y reírnos del acontecer diario en nuestra calle y alrededores.